La O.M.S.
ha calculado que las necesidades energéticas diarias de una persona en edad
escolar son de 50 Kcal. por Kg. de peso.
El valor
energético o valor calórico de un alimento es proporcional a la cantidad de
energía que puede proporcionar al quemarse en presencia de oxígeno. Se mide en
calorías, que es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la
temperatura de un gramo de agua. Como su valor resulta muy pequeño, en dietética
se toma como medida la kilocaloría (1Kcal = 1000 calorías). A veces, y
erróneamente, por cierto, a las kilocalorías también se las llama Calorías (con
mayúscula). Cuando oigamos decir que un alimento tiene 100 Calorías, en
realidad debemos interpretar que dicho alimento tiene 100 kilocalorías por cada
100 gr. de peso. Las dietas de los humanos adultos contienen entre 1000 y 5000
kilocalorías por día.
Cada
grupo de nutrientes energéticos -glúcidos, lípidos o proteínas- tiene un valor
calórico diferente y más o menos uniforme en cada grupo. Para facilitar los
cálculos del valor energético de los alimentos se toman unos valores estándar
para cada grupo: un gramo de glúcidos o de proteínas libera al quemarse unas
cuatro calorías, mientras que un gramo de grasa produce nueve. De ahí que los
alimentos ricos en grasa tengan un contenido energético mucho mayor que los
formados por glúcidos o proteínas. De hecho, toda la energía que acumulamos en
el organismo como reserva a largo plazo se almacena en forma de grasas.
Recordemos
que no todos los alimentos que ingerimos se queman para producir energía, sino
que una parte de ellos se usan para reconstruir las estructuras del organismo o
facilitar las reacciones químicas necesarias para el mantenimiento de la vida.
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